Arrecia el monzón en agosto
y anega la morada de Visnú
abraza el musgo a la piedra
y mientras, Buda contempla
el paso inexorable de los tiempos
¡el verdor!, ¡el verdor!
estate alerta alma mía
aguza los sentidos
y el manto naranja de los monjes
se vislumbra en los caminos
dioses, hombres y templos
¡Angkor!
¡Angkor!